Poeta de guerra y admirable ciudadana latinoamericana: Alcira Soust Scaffo

Poeta de guerra y admirable ciudadana latinoamericana: Alcira Soust Scaffo

Activista solidaria en luchas latinoamericanas, como la de “El Salvador” y el 2 de octubre mexicano


Por Haín Martínez

1.- Angustia, dolor y melancolía se respiraba aquel 18 de septiembre de 1968 en Ciudad Universitaria de la UNAM. La poeta y maestra uruguaya Alcira Soust, en un ambiente de represión estudiantil, la cólera de una mujer, papel y pluma, mientras el ambiente se tornaba turbio a las afueras.

La poeta describía su dolor, las ganas de poder salir a luchar con sus compañeros era la acción adecuada, pero se quedó en busca de supervivencia. ¿Por qué el dolor en Latinoamérica? México fue un país en donde con un solo partido se podría asemejar a una dictadura, apenas 34 años en pie y se vivía en un descontrol desmedido.

 Época donde la juventud, en decisiva lucha, salía a las calles por lo que valdría la pena vivir en un ambiente digno y justo. Las manifestaciones en la segunda mitad del siglo XX llegaron a ser frecuentes: primero el sector de ferrocarrileros en 1959 convocaría a huelga, conflicto, que, en consecuencia, heredaría el presidente Adolfo López Mateos de Ruiz Cortines, cinco años después, el sector salud se levantaría también, ya con Díaz Ordaz a la cabeza, tres años después los estudiantes, alzarían la voz ante un contexto inconcebible, mientras que el gobierno de Díaz Ordaz buscaría  tapar el sol con un dedo.

Imagen tomada del  artículo: “Poeta uruguaya será recordada por su activismo en el movimiento del 68”, del medio Unam Global de fecha 7 de agosto de 2018

2.- Alcira Soust, maestra, poeta y activista uruguaya en un país donde las rebeliones eran la manifestación del malestar con la cultura de la rebelde juventud Latinoamericana, en cambio, México sabría que la única forma de llenar de orgullo la faz estudiantil era levantar la voz, al sonido de miles de estudiantes y maestros que buscaban justicia, y democracia en un contexto digno, como se hizo evidente en la marcha del silencio. 

José Revueltas, en sus memorias, la recordaría con las siguientes palabras:

“al transcribir un poema que me regaló un 23 de diciembre de 1967 fui sentarme junto a Alcira, ante su mesa. Temblaba, sufría, no cesaba de llorar era casi alarmante su estado psicológico. Me hizo sufrir también. Desde el inicio del movimiento de 1968 estaba ahí. Le fui a saludar y le recordé del poema que me dio en 1967 y era otra mujer, su espíritu se había convertido nuevo y combatiente.”[1]

Las hojas de papel no eran suficientes, para llenar la ira y cólera que pasaban por su mente, aterrada, doce días en un baño del octavo piso de la Torre de Humanidades del campus universitario, pensando en que lo peor estaba por venir, la ocupación militar de un campus universitario sin “autonomía”

Las necesidades fisiológicas, no fueron ni lo más salubre, papel y agua de lavabo traerían como consecuencia un terrible escorbuto, dientes caídos y sicosis crónica seria el resultado de esta admirable mujer, sobreviviente de ocupación militar.

¿Dónde quedaría la autonomía? ¿Dónde quedarían las ganas de luchar por una libertad estudiantil? La libertad de alzar la voz es un derecho.

Minutos antes de lo sucedido, Soust declamaba los poemas de León Felipe en radio universidad, sus letras sonaban como piezas de Chopin, Mozart o Rachmaninoff, en sonido tranquilizante exhortativo al libre pensamiento.

Con el poder de las fuertes notas de Wagner lanzando plegarias a las memorias del Che, maldiciendo a Franco sin pies ni cabeza y al grito de Tú No Estás Muerto Che, se recordaría de la siguiente manera:

Para Emilio Prados


Tú no estás muerto
(Che)

Tú no estás muerto
Está muerto Franco
Lo dispuso el viento
El mar y la mar
Tu pueblo y mi pueblo

Tú no estás muerto
Está muerto Franco
Lo cegó la luz
del loco Manchego
de Goya del Greco
y de él- Nazareno

Tú no has muerto
Está muerto Franco
Muerto.


Lo cegó la luz
Lo dispuso él – viento
El mar hila mar
Tú pueblo-mí pueblo.

Como fiel amante de lo poético, algunos afirman que a Soust se le veía en el campus de la Facultad de Filosofía y Letras regalando sus poemas, con el poder de presentar poemas visuales, que con fuerza tipográfica diseñaba, acto que en mítines políticos no podían faltar, el performance perfecto para conseguir el libre pensamiento en el ser común y para otros cerciorarse que la lucha es la opción más viable en un país en crisis estudiantil, política y económica.

Fotocopia de los tres poemas de Alcira (“Tú no has muerto” “Te siento” y “Mil guijarros blancos”) dedicados a Emilio Prados.[3]

Como artista complemento sus dibujos haciendo gráfico sus pasiones y sus gustos. Como amante y musa de plumas intelectuales se podría decir mucho, pero a la vez, una incertidumbre hurga por los sentimientos de una sociedad en donde la memoria histórica, juega un papel sentimental y principal donde la crítica y el sentido común, son el pan de cada día.

En la política mexicana, hay que tener en cuenta, que no todo es lo que parece, los antecedentes gritaban por si solos, principios en los que se basaron estos movimientos. La rabia era un aspecto que compartían la mayoría de un país hacia los más privilegiados eran los desdichados que se llevaban el botín más grande, mientras el país caía en miseria.

3.- En Soust se encontró verosimilitud de una voz en contra de un sistema que no fue beneficioso para la comunidad estudiantil de la época. Musa de plumas como Roberto Bolaño, y amiga tan íntima de Arreola, León Felipe, José Revueltas, Pedro Garfias entre otros. Con alzante y valiente voz de activista durante más de 20 años en la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

La pluma de Bolaño describe a Soust como una sobreviviente de lucha:

“…Supe que tenía que resistir. Así que me senté sobre las baldosas del baño de mujeres y aproveché los últimos rayos de luz para leer tres poemas más de Pedro Garfias y luego cerré el libro y cerré los ojos y me dije… Ciudadana de Uruguay, latinoamericana, poeta y viajera, resiste. Solo eso.”[4]

Con mirada digna de supervivencia, Bolaño la describiría como la musa de su novela Amuleto. Con salud deteriorada, después del infortunio ocasionado, regresaría a su natal Uruguay.

Alcira Soust Scaffo (Durazno, 1924-Montevideo, 1997)[5]

Así se iría deteriorando la salud de la guerrillera, quien, en sus intensos 20 años de lucha, se recordaría con un largo recorrido en sus entrañas, la convicción de que logro pasar alegrías y tristezas fuera de su tierra natal, desarrollando en sus escritos fuerte activismo social al que se le recordaría en una fecha digna de recordarse, como la activista que fue gracias a su perseverancia y fuerte convicción de querer cambiar el mundo con su pluma y pendencia.


[1] Cita tomada del artículo, “Alcira, la poeta del 68 mexicano, entre Roberto Bolaño y José Revueltas”, del diario “La Izquierda” de fecha 10 de noviembre de 2015.

[2] Poema tomado de la imagen del articulo “Poeta uruguaya será recordada por su activismo en el movimiento del 68”, del medio Unam Global de fecha 7 de agosto de 2018

[3] Antonio Santos. (2008). “Malgré tout! [¡A pesar de todo!]Vida y práctica de la poeta Alcira Soust Scaffo”. En Alcira Soust Scaffo Escribir poesía ¿vivir dónde? (51). México: MUAC UNAM.

[4] Fragmento del capítulo 3 de la novela Amuleto de Roberto Bolaño (Anagrama 1999)

[5] Imagen consultada en la página https://muac.unam.mx/exposicion/alcira-soust-scaffo

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